El
otro día en el Congreso de Marketing y Ventas de Barcelona el prestigioso
publicista Joaquin Lorente realizó el cierre con una charla en la que explicaba
cómo vender en estos tiempos. "El éxito de vender está en llenar un vacío
con excepcionalidades, y si además le echas un chorro de humanismo, te
sales". Y realmente ahora, el secreto del éxito está ahí. Aunque parezca mentira, el trato agradable es algo que cada vez encontramos en menos
establecimientos comerciales, por lo que a día de hoy, se posiciona como algo poco habitual y consecuentemente como factor diferencial. Esta estrategia del buen trato es a lo que ahora
llaman marketing con humanismo.
Cuando
me reúno con emprendedores por primera vez, la mayoría de ellos me explican
cómo se imaginan el local "... que si aquí pondré madera, que si las
sillas de tal marca, que si una zona de sofás, ..." pero pocos empiezan
por hablarme de su propuesta de valor. Lo primero que tenemos que pensar es en
qué queremos que se diferencie nuestro negocio respecto al de nuestra
competencia. Este pasado sábado visité un pequeño establecimiento en el barrio
de Pubilla Cases de Hospitalet de Llobregat. Tenía una propuesta de valor
básicamente centrada en el trato familiar hacia sus clientes para
diferenciarse de otras tiendas y franquicias del mismo sector. Pubilla
Ibèric es una tienda especializada en jamones, paletillas y embutidos
ibéricos y de bellota y, debido a la procedencia de uno de sus socios, también
dispone de producto gastronómico gallego. Ellos apostaron por un
establecimiento gourmet con alma de tienda de barrio de las de antes.
Detectaron que este tipo de producto se tenía que vender con alegría y se
debían alejar del trato impersonal que ofrecen en tantos y tantos comercios
de este tipo. Su objetivo es asesorar al cliente para que se lleve el producto
más óptimo para lo que necesita y descartar la compra mecanizada como ocurre en
supermercados de grandes superficies.Fina, Toni y Juan son los propietarios del negocio. Cuando visité el sitio entablé una conversación con ellos y me explicaron la historia que les une. A Toni le pregunté por qué creía él que la gente venía a su tienda y no a iba otra, a lo que me contestó "Aquí les ofrecemos calidad y hablamos con ellos, pero lo que realmente les seduce es el aroma y verme cortar jamón". Me comentó también que la pasión que tienen es fundamental para el negocio. "Desde los catorce años que corto jamón y la gente me dice que soy el que mejor lo hace, y eso me alegra". Toni trabajaba con su padre en la Boquería de Barcelona antes de emprender por su cuenta. Fina y Juan trabajaron durante muchos años en una tienda gastronómica en la Estación de Sants de Barcelona hasta que decidieron dejarlo y montarse algo por su cuenta. "No podía hablar con la gente, todo el mundo tenía mucha prisa, el trato personal no existía y a mí eso no me gustaba" explicaba Fina. Al preguntarle cómo se imaginaba aquel entonces lo que ahora es Pubilla Ibèric, me comentó que lo que deseaba era crear un negocio que fuera una extensión de la calle, en el que la gente sin darse cuenta entrara y cuando estuviera dentro se sintiera como en una gran despensa llena de productos magníficos.
La tienda se encuentra en una esquina de la Plaza Mare de Déu del Pilar, justo delante de la parada de metro de Pubilla Cases, por lo que resulta imposible no fijarse en ella, sobre todo por la noche, cuando la luz cálida resalta todos los jamones que tienen colgados en su interior. Me explicaba Toni también, que un perfil de cliente común son las mujeres embarazadas que salen del hospital (que también da a la misma plaza) "Después de estar comiendo 3 o 4 días en el hospital nuestra tienda les resulta una tentación irrechazable". Su oferta consta también de productos de temporada de distintas zonas de Cataluña, vinos, legumbres y, entre otras cosas más, una fantástica empanada gallega hecha por Fina sólo con ingredientes de Galicia.
La
clave de Pubilla Ibèric es que sus propietarios plantearon el negocio a partir
de las sensaciones que querían ofrecer a sus clientes, ofreciéndoles una
experiencia familiar y puramente gastronómica. Este enfoque a la hora de
conceptualizar el negocio es el "marketing humanista" que comentaba
antes y que por ahora, me atrevería a decir, que es una de las
estrategias comerciales más potentes que existen. Pero lo mejor de todo, es que
en Pubilla Ibèric es absolutamente real, no es nada postizo. El cliente observa
todo el género a la vista, lo huele, lo puede probar y todo mientras escucha de
fondo las conversaciones que tanto Fina como Toni mantienen con sus otros
clientes... la tienda te capta por todos tus sentidos.
Pubilla
Ibèric es un claro ejemplo de porqué no es necesario recurrir a invertir en una
franquicia. No tengo nada en su contra, ni mucho menos, pero realmente creo que
si se es capaz de articular una fórmula basada en una experiencia diferente
para el cliente, ya se tiene la mayor parte ganada. El negocio empieza por la
necesidad que queremos cubrir y no por la silla o el color de la pared que nos gusta más.
PUBILLA IBÈRIC
Av. Josep Molins, 58
Hospitalet de Llobregat
www.pubillaiberic.net/
934 494 798
934 494 798